martes, 4 de agosto de 2009

Parábola del suicida

Es una caída libre, el cielo esta despejado y no hay mas que sensaciones fuertes en su corazón, que curioso, hace 2 horas sonreía hipócritamente a sus padres que lo creen adormecido, que rutilante, que poco tenaz la virulenta humanidad y desasosiego por el débil. Uno mas para la lista de almas descarriadas, una psiquis sin vida propia en su interior, el pertenece a las resoluciones de su entorno, uno corroído por el epitome de los placeres, que sin sentido puede llevarte al borde de tu balcón, frió y tranquilo. Ve hacia abajo y vienen a su memoria maltratos, empujones, degradaciones, incomprensión, se burlan de el por su constante insistencia en entrar al circulo social. Lagrimas brotan de sus ojos mientras se desprende al vació, pero se desespera, memorias alegres vienen a el, ya no desea estar ahí, quiere volver, intenta agarrarse de algo y ve el final de la calle, grita con angustia y cierra los ojos para morir.

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